Automasaje Ayurveda

Ayurveda trae a tus manos la responsabilidad por tu salud y la manutención de la misma. Aunque sea recomendable recibir los masajes ayurvédicos regularmente de un experto, tu mismo también lo puedes hacer desde tu casa, siguiendo algunos cuidados.
Vacíe siempre la vejiga antes del masaje y nunca lo haga después de comer.
En general el aceite de girasol con primera presión en frio suele ser bien tolerado por los tres doshas: Vata, Pitta y Kapha. Para las pieles secas de Vata, los desequilibrios de Vata e inclusive para la gente mayor, el aceite de sésamo con primera presión en frio produce muy buenos efectos y puede ser aplicado en cantidad generosa unas tres veces por semana o más, por la noche antes de acostarse si sufres de insomnio o por la mañana si sientes angustia. Si no tienes tiempo para masajear todo el cuerpo, por lo menos en los pies y en cuatro zonas de la cabeza: A- ocho dedos arriba de las cejas en el centro del cuero cabelludo, donde teníamos blando cuando bebés. B- en la parte superior de la cabeza, a medio camino entre las orejas. C- en el surco profundo que se encuentra en la base del cráneo, justo encima de la línea del cabello en la nuca. D- alrededor de las orejas y en el exterior de las mismas. Todos estos son importantes puntos marmas de la cabeza.
Los aceites tienen que ser los prensados en frío, nunca refinados, y necesitan ser calentados en baño maría, a una temperatura agradable para que sean aplicados tíbios.
Procura hacer una presión suave, estable y lenta. Hay que hacer con atención plena. Poner conciencia sobre el trabajo que estás haciendo y disfrutarlo – eso es muy importante! Puedes incluso cerrar los ojos mientras te masajeas.


CONTRAINDICACIONES: nunca realice el masaje durante la menstruación o en casos de debilidad severa, emanación, estreñimiento o fiebre. Embarazadas, personas portadoras de problemas cardíacos o de úlceras intestinales no deben masajear el estómago.


(escribi esta entrada con base en el libro: «Ayurveda: Las mejores técnicas para conseguir una belleza verdadera» – de Pratima Raichur)